¿Qué pasa si dejo de comer por depresión?
Una de las manifestaciones más comunes de la depresión es la pérdida de apetito o la falta de interés por la comida. ¿Qué pasa si dejo de comer por depresión? ¿Cómo afecta esto a mi organismo y a mi estado de ánimo? ¿Qué puedo hacer para recuperar el placer de alimentarme bien? En este artículo respondo todas estas preguntas, por eso te invito a leer hasta el final.

Cuando una persona se encuentra deprimida, puede perder el interés por las actividades que antes disfrutaba, incluyendo el placer de comer. Esto puede provocar una disminución de la ingesta de nutrientes esenciales para el funcionamiento del organismo, como son las vitaminas, minerales, ácidos grasos y las proteínas. A su vez, esta deficiencia nutricional puede agravar los síntomas de la depresión, creando un círculo vicioso que puede ser difícil de romper.
Esto ocurre cuando dejamos de comer por depresión
La privación de los alimentos esenciales para nuestra salud trae consigo una serie de consecuencias negativas, como:
Alteración de los hábitos alimenticios
Esta es una de las consecuencias de un estado depresivo: la alteración de los hábitos alimenticios saludables, lo que provoca falta de apetito, atracones o el consumo de alimentos poco saludables. Estas conductas, evidentemente, pueden empeorar los síntomas depresivos y afectar la salud física y mental del paciente.
Pérdida de peso no deseada
La disminución de peso corporal puede afectar al sistema inmunológico, al sistema hormonal, al sistema nervioso y al sistema cardiovascular.
Anemia
La anemia se produce por la falta de hierro en la sangre y causa cansancio, debilidad, palidez y dificultad para respirar.
Osteoporosis
Producida por la falta de calcio y vitamina D en los huesos y que aumenta el riesgo de fracturas.
Hipoglucemia
Hace su aparición debido a la falta de azúcar en la sangre y que provoca mareos, sudoración, temblores y confusión.
Deshidratación
Que se produce por la falta de agua en el cuerpo y que ocasiona sequedad de la piel, de las mucosas y de los ojos, así como dolores de cabeza y problemas renales.
Recomendaciones
Si sospechas que tienes depresión, te recomiendo seguir estas pautas básicas que te pueden ayudar a mejorar tu alimentación:
- Planifica tus comidas con anticipación e incluye en tu menú alimentos saludables, como frutas, verduras, cereales integrales, legumbres, frutos secos, lácteos desnatados y proteínas magras.
- Evita la ingesta de alimentos procesados, fritos, azucarados o con alto contenido en grasas saturadas y trans.
- Come al menos tres veces al día y no te saltes el desayuno. El desayuno ayuda a activar el metabolismo y a regular los niveles de azúcar en sangre, lo que influye en el estado de ánimo y la energía.
- Bebe suficiente agua y limita el consumo de alcohol, café y otras bebidas estimulantes. El agua ayuda a hidratar el organismo y a eliminar toxinas, mientras que el alcohol y la cafeína pueden aumentar la ansiedad, el insomnio y la irritabilidad.
- Incluye en tu plan alimenticio alimentos ricos en omega-3, como el pescado azul, las semillas de chía o las nueces. El omega-3 es un ácido graso esencial que contribuye a la salud cerebral y a la producción de neurotransmisores como la serotonina y la dopamina, que regulan el humor y las emociones.
- Consume alimentos que contengan triptófano, como el plátano, el huevo, el queso o el chocolate negro. El triptófano es un aminoácido que también participa en la síntesis de serotonina y que tiene un efecto relajante y antidepresivo.
Para finalizar
Si tienes dificultad para seguir una alimentación equilibrada o si presentas signos de desnutrición o trastornos alimentarios, te invito a que te unas a mi Programa de Nutrición Integral PNC (Prevenir/Nutrir/Curar) Julia Osorio (comidayvida.com). !Te espero!